Construyendo personas de sustancia para obras de poder
He estado meditando esto por algún tiempo ya, sé que esto incomodara a algunas personas, pero es solo mi opinión, y probablemente no estoy de acuerdo con algunos de ustedes, ¡así que cálmate! Primero, estoy fascinado con la proliferación de comidas que son “sustitutos de la carne.” Ahora, eso está bien y elegante, algo que proporciona proteínas de alto valor biológico, mucho Hierro, Zinc, Selenio, y vitamina B12 para las personas que eligen evitar la carne. Una búsqueda de publicidad de hamburguesas vegetarianas, salchichas, y sus derivados, etc. Revelan que todo parece indicar que es lo más parecido a la carne, sabe a carne, parece carne, una compañía dijo que había “creado una hamburguesa a base de plantas que se ve, sabe, y satisface exactamente igual que la carne de res.”
Mi pregunta es: ¿si la carne es tan inherentemente horrible, entonces porque la mayoría de estos productos insisten en disfrazarse de carne real? Me parece, dado el obvio deseo de la gente de comer carne, y el sistema omnívoro en nuestras bocas y dentro, que Dios nos a provisto las herramientas necesarias para comer carne. Fuimos diseñados para eso. Por esta razón, en lugar de poner una gran cantidad de frijoles licuados, col rizada, y quínoa en un sándwich, la falsa industria alimenticia ha transformado la carne para hamburguesa, en una empanada que se asemeja a la carne. Es fácil de vender, ¡porque la gente quiere carne!
Todo esto me lleva a mi verdadero problema: ¿estamos transformando al cristianismo para que se parezca, suene, y se ajuste al mundo porque estamos convencidos de que es más fácil de vender? Muchas Iglesias a las que asisto, parecen más un club nocturno que una reunión de santos. Las luces están muy bajas (lo suficiente para no poder ver y que no me vean), la atmosfera está ambientada con luces color neón y contenedores que sueltan humo. (Casi me imagino a un Ozzy saliendo y mordiendo la cabeza de un murciélago). Muchas pantallas planas parpadean con gráficos de alta definición que se mueven al ritmo de la música (¿puedes decir “gracia muerta”?) no necesitamos máquinas de humo, nosotros mismos producimos suficiente. El sumo sacerdote se pavonea y se posa como Rod Stewart en un traje menos llamativo, la música es tan fuerte que los motores a reacción lloran de la envidia. (Me pregunto si OSHA (Administración de seguridad y salud ocupacional) aprobaría algunos de nuestros servicios).
Muchos son 90dB+ (calificación a un riesgo de daño a nuestros oídos). Después del concierto viene la predica. La palabra de Dios a lo mejor sí, a lo mejor, no, fue consultada, pero si si, los versos son proyectados en una pantalla, llena de gráficos de fondo (Dios no lo permita, que le pidamos a la gente que solo se concentre en esa vieja y aburrida escritura) esto nos salva de la increíble inconveniencia de cargar con una Biblia, o incluso, mirando la aplicación de la Biblia en nuestros teléfonos. A menudo me pregunto si la predica, no importa cual profesionalmente diseñado o entregado, pueda llamarse predicación del evangelio si:
- No se menciona el pecado
- No se menciona la carne
- Evade hablar sobre la cruz
- No se menciona un compromiso
- No menciona al menos que debamos cambiar
- No deja bien en claro que el juicio eterno es real e inminente
Alguien dijo: “había una Iglesia: un moderno edificio gris, que constantemente tocaba una campana digital, era extraño pero, ¿Por qué no había campanas de verdad? Nunca entre, pero apuesto a que era una Iglesia robotizada para androides, donde la Biblia estaba en binarios y su Jesús tenia ojos laser y garras de metal.” Russell Brand
Escrituras Bíblicas: no puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de Él, que sus obras son malas. Juan 7:7
Aquí está el punto: soy plenamente consciente de la necesidad de cambiar nuestra metodología a medida que cambia la cultura. Podemos ser históricos sin ser arcaicos. Mi pregunta es: ¿estamos siguiendo el curso de la cultura o cambiando la cultura? ¿Cuándo nos miramos como el mundo, en qué punto nos miramos diferentes al mundo? Y finalmente, ¿estamos siendo deshonestos al implicar que ser cristianos es solamente hacer y pensar lo mismo, solo por ser cristianos? No me gusta el cebo y el cambio, ya sea en la tienda de comestibles o en la de Jesús. Es falso cualquier lugar. Sé que soy un viejo gruñón, pero humoreame, piénsalo.
Pastor Virgil Stokes