Ayuda para sanar 6: ¡ven a la casa de Papi!
Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su hijo, nacido de una mujer sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos, y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar “Abba, Padre” ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te a echo su heredero.
(Gálatas 4:4-7 NTV)
“Dios mira a su pueblo como hijos de una familia que están felices de que aquellos que han hecho solo un poquito sean tan amados como aquellos que han logrado mucho.”
Henri Nouwen
Ley era esclavitud, pero por lo que Jesús hizo por nosotros, ya no somos más esclavos, sino somos hijos de Dios. Ley, y la esclavitud a la ley, significaba que las recompensas La, los beneficios y las consecuencias siempre eran transaccionales. Haces algo, obtienes algo. No haces algo evitas ser castigado. Jesús cambio la naturaleza de nuestra interacción con Dios. Ya no es más una transacción, ya no somos unos esclavos, obteniendo un mejor trato por un buen comportamiento. No somos empleados, no intercambiamos nuestro trabajo por su recompensa. Pablo dijo, eso no nos hace estar endeudados con El, y nunca será así. (Romanos 4:4) no nos bendice porque nos debe, nos bendice porque somos sus hijos, sus herederos. Papi nos ama.
Dios es Dios. De todas las cosas que puso en nuestros corazones en el momento de la salvación, El planto en nosotros el espíritu de adopción que nos hace gemir “! Abba Padre!” podría también habernos inspirado a gemir “gran jefe”, o “poderoso Dios” o El Santo”, o lo que El quisiera. De todas las palabras posibles, El escogió “Padre”. La convicción por nuestra pecaminosidad nos lleva a clamar a Dios por su perdón. Invocamos el nombre del Señor, creyendo que Cristo ha resucitado de entre los muertos. Es cuando La transformación toma lugar. Nuestro clamor va de un temeroso “! Dios ayúdame!” a un grito de júbilo “! Papi!” (Romanos 8:14-16)
Dios sabía que el concepto de “Padre” y lo que significa, es tan importante que lo puso en nuestros corazones al ser convertidos. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa y a veces nuestras malas decisiones, tenemos dificultad para entender lo que Dios intenta decirnos cuando dice “Padre.” Para ayudarnos a comprender esto, nuestro Dios que todo lo sabe, nos dio una preciosa historia para ilustrar su corazón de Padre. Él quiere que entiendas lo que quiere decir cuando dice que es tu Padre.
La historia que conocemos del “hijo prodigo” es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia. En efecto, solo con leerla, a menudo hace llorar a las personas porque se identifican con la difícil situación del hijo rebelde y se sienten conmovidos por la gracia del padre acogedor. En Lucas capítulo 15, Jesús ensena sobre la pasión de Dios para recuperar lo que se había perdido. Esta parábola tiene más poder. “la palabra del Padre amoroso.” (Tal vez querrás subrayarlo en tu Biblia) con ese nuevo nombre en mente, toma unos minutos para abrir la Biblia y leer la historia. Se encuentra en Lucas 15:11-32.
Observe que cuando el hijo menor se fue, ya había recibido todo lo que su Padre le había heredado. El desperdicio todo en un estilo de vida pecaminoso. El Padre no le debía nada. Después El volvió a casa queriendo ser un sirviente. (Versos 12, 13, 18, 19) esta es la historia de un hijo en rebeldía, siguiendo sus propios deseos humanos, y así hizo un desastre horrible de su vida. Se dirigió a casa sabiendo que no merecía nada más que esperar simplemente poder tener una porción de esclavo. Tu Padre te ama., aun y cuando has malgastado todo lo que te ha dado, a causa de tu rebelión y pecados. Esta historia nos rebela como nos mira nuestro Padre Celestial aun y cuando le hemos fallado.
Deja que el Padre te ensene algunas cosas de esta maravillosa historia:
- Tu Padre te está buscando, aun y cuando has cometido tantos errores. Verso 20 dice, “y mientras aún estaba muy lejos, su Padre lo vio venir.” Tu Padre te quiere en casa más de lo que tú quieres estar en ella. Desde el momento en que te fuiste, El nunca dejo de buscarte y esperar a que estuvieras de regreso. El ve tu corazón girar incluso antes de que vuelvas a casa.
- Tu Padre vendrá a tu encuentro, a donde tú te encuentres. Corrió para encontrarse con su hijo rebelde. No solamente esperaba, sino que estaba ansiosamente esperando. El Padre no te está esperando para que regreses a Él, o para que arregles todo el desastre que hiciste, o hacer acciones para convencerlo de que has cambiado. El corre hacia a ti, ¡ven a casa! (verso 20)
- Tu Padre te ama aun en tu rebeldía, antes de que el hijo llegara a casa, el Padre lo abrazo y lo beso. Tu Padre te ama y te abraza y te reconoce con su beso, aun y cuando aún hueles a los cerdos. Él te ama tal y como tú eres (verso 20)
- Tu Padre sigue siendo tu Padre tal vez pienses que eres un indigno, pero el Padre no lo ve así. No tienes que ser un esclavo. Desde el momento que empiezas a caminar a casa, El restaura tus privilegios como hijo. El inmediatamente te ofrece cuatro cosas que nos hacen ver la inmensidad de su amor (verso 22 y 23):
- Identidad restaurada: la túnica marca al hijo como parte de la familia del Padre. Esto permite a la servidumbre reconocer que debe ser honrado, y todos los protocolos locales para reconocer que no debe de ser molestado. Él es el hijo del Dueño de la finca. Tu Padre quiere que todos se enteren que tú eres su hijo y que seas tratado con respeto. Eso incluye a los Santos Ángeles de Dios. como también a satanás y sus pequeños ayudantes. Tus fallas no son de su incumbencia. (Gálatas 3:26-29)
- Autoridad restaurada: el anillo era un sello. Se usaba para poner un sello oficial en documentos y correspondencia de negocios importantes. Era la “visa/ MasterCard” de esos días. Significaba que el usuario podía hacer negocios en el nombre del Padre. Tu Padre confía en ti para que hagas negocios en su nombre. (Colosenses 3:17)
- Libertad restaurada: a los esclavos se les mantenían sin zapatos para que no pudieran escapar. El hijo recibió zapatos nuevos para que pudiera ir donde quiera que El quisiera, era un hombre libre. Tu Padre quiere que seas libre de todos tus pecados y todas las trabas de esclavitud legalista que puedan tratar de aferrarse a ti. Tienes zapatos nuevos: eres libre. (Gálatas 5;1)
- Abundancia y gozo restaurados: el Padre hace una fiesta cada vez que vuelves a casa. Aun y cuando parte de la familia estén disgustados y piensen que deberías de tener consecuencias. (verso 25-32), tu Padre quiere que disfrutes las delicias de ser parte de la familia. Él te ama tanto que no solo mata un becerro, mata al becerro más gordo. Te mereces lo mejor porque eres su hijo. La abundancia de la casa es tuya aun y cuando Él no te debe nada. Eres un hijo, y Papi te ama.
Aquí está el punto: ser hijo tiene sus privilegios. Eres tratado como familia, no como los estándares de un Padre terrenal con errores y con defectos, pero si, según el estándar de un Padre celestial amable y poderoso. Aun y cuando en tus rebeliones no agradezcas sus Bendiciones, Él te recibe con gozo. Te da la bienvenida así como eres. Y te restaura con todos los privilegios de ser su hijo, en su casa, Nunca tendrás la necesidad de temer cuando vengas al Padre, nunca creas que Él está frenando tu sanidad debido a tus fallas, no has sanado como resultado de una transacción de esclavo. La sanidad es tuya porque eres su hijo. ¡Papi te ama aun y cuando no te sientas digno!
Siguiente paso: lee y vuelve a leer esta historia del Padre amoroso. Hazlo todos los días, medita en ella. Toma un tiempo en esta semana y anota las cosas que has hecho o que no has hecho por las cuales creas que Dios está enojado contigo. Casi todos tenemos algo. Cuando empieces a orar, ¿Qué dudas persistentes tienes, de las cuales no te sientes digno para recibir sus Bendiciones? Cuando pienses en esas cosas, simplemente confiésaselas a Él. Queriendo decir platica con El y cuéntale sobre ellas, es solamente entre tú y el Padre. El Apóstol Juan dijo: “pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9 NTRV) o te perdona o entonces estaría siendo infiel y mentiroso. El no miente, ¡estas limpio! Ahora di esto en voz alta hasta que no te sientas raro diciéndolo:
“mi Padre me recibe en sus brazos amorosos aun y cuando he fallado miserablemente. Me toma como soy, me restaura a una relación perfecta, y me da todas las Bendiciones de ser su hijo. La túnica, el anillo, y los zapatos son míos. No importa cómo me sienta, El nunca miente y si Él dice que soy limpio, por lo tanto soy perdonado, limpiado y bendecido con todas las bendiciones que El otorga. No tiene nada en mi contra, “!maten al becerro más gordo, la fiesta a comenzado!”
Pastor Virgil Stokes