Ayuda para sanar 18: La Fe perdona.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será echo lo que dice, lo que diga le será echo. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Marcos 11:23-25 NTRV
“Sea rápido para arrepentirse, rápido para perdonar y rápido para creer en Dios, Perdona”
Kenneth E. Hagin
Cuando se trata de contar historias extrañas, nuestra gente en la “fe” tiene muchas historias que contar, recuerdo que un compañero estaba creyendo por fe que cierta Dama se iba a casar con El. Pero ella ya estaba casada con otro hombre, pero este joven no miraba ningún problema con eso, por supuesto que no sucedió. Dios no será cómplice de codiciar a la Esposa de otro hombre. Hay muchos otros que “cree y recibirás” dinero, y deciden actuar en fe escribiendo cheques sin tener el dinero en el banco. Eso no es fe, es una mentira, no mencionando que también es ilegal. Dios no está obligado a honrar la deshonra.
En el área de la sanidad, el problema se complica aún más. Hay personas que no usan sus lentes porque están creyendo por fe que han sido sanados. ¡Por favor, no les permitan manejar por fe!, otros no van al médico cuando se enferman porque creen que es incredulidad. Todavía hay otros, que dejan de tomar sus medicamentos como un acto de fe. La mayoría se vienen enfermando más que como estaban. Puede haber ocasiones en las que Dios nos hable para que demos un paso de fe en particular, pero a menos que Dios haya hablado específicamente, ¡no hagas nada tonto!
Las acciones apropiadas de fe se pueden caracterizar de tres maneras:
- Has lo que la Biblia te dice que hagas
- Has lo que El Espíritu te dice que hagas
- Has lo que el amor haría
En las próximas elecciones, pasaremos bastante tiempo escuchando la voz de El Espíritu Santo y siguiendo su dirección. Sin embargo, primero quiero abordar un tema particularmente importante donde el número 1 y el número 3 se cruzan. Pablo nos dice en Gálatas 5:6 que “la fe obra por el amor” la Biblia amplificada lo dice de esta manera: “…la fe se activa, crece, se expresa y obra a través del amor.” Siempre es seguro y piadoso hacer cosas que expresen el amor a los demás. Cuando la enfermedad golpea, a menudo nos volvemos más egocéntricos y por lo tanto menos amorosos. Dolor, malestar y temor, nos hace estar más alerta en nosotros mismos y en nuestras necesidades y nos hace olvidarnos de las necesidades de los demás. Siempre busque maneras de amar a sus semejantes, de ponerles atención. Eso siempre será un acto de fe.
Jesús añadió una cualidad a su famosa enseñanza sobre fe en Marcos 11: “y cuando estéis orando, perdonad si tenemos algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en, los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas (Marcos 11:25 NTRV). Tendemos mucho a enfocarnos en la parte de “creer” o de “confesar”, y nos olvidamos de la parte de “perdonar”. El perdonar, es el amor de Dios en acción. Podríamos decir que la falta de perdón es el único pecado que Jesús atribuyo específicamente al obrar en fe. El perdonar a otros cuando oras pone a trabajar tu fe.
Kenneth E. Hagin escribió, “… la falta de perdón es la razón principal por cual la fe de las personas no trabaja. Y la falta de perdón es la razón principal por lo cual las personas no reciben su sanidad.” Eso es una declaración muy fuerte. Pero, dado el hecho de que Jesús decidió perdonar a los demás como la única instrucción adjunta a la oración de fe, ciertamente vale la pena obedecer.” ¿Que significa teniendo algo en contra de alguien?” ¿Cómo perdono cuando mis sentimientos no sienten hacerlo? ¿Cómo saber cuando en realidad he perdonado?
Cuatro hechos del perdón
- Puedes perdonar. La habilidad del perdón viene con el nuevo nacimiento. En Marcos 11, Jesús estaba guiando a las gentes del antiguo pacto. Y a ellos se les demando perdonar para que así ellos pudieran recibir perdón. Después del calvario, nosotros tuvimos un trato ligeramente diferente. Perdonamos porque Dios nos perdonó primero. En el nuevo nacimiento, él nos dio su misma naturaleza, y ahora nos permite perdonar, incluso los actos más atroces. Eliminemos el título del capítulo 5 de Efesios para que podamos ver mejor lo que dijo Pablo sobre el tema: Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de malas conductas. Por lo contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. Por lo tanto imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos amados. Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios. (Efesios 4:31- 5:2 NTV) Si nuestro objetivo es imitar a Dios mostrando su amor, entonces debemos perdonar cualquier cosa en nuestra contra. La habilidad para poder lograr esto fluye de quien ya somos. Hijos de un Dios que es amor. Si Él es amor y yo tengo su naturaleza, entonces yo también soy amor. Puedo perdonar porque se quién soy.
- Perdonar significa, ser libre o dejarlo ir. en el nuevo testamento la palabra “perdón” en griego se traduce de dos maneras. Una significa “ponerlo a un lado o liberarlo. (Romanos 4:7; Santiago 5:15)” la otra viene de la palabra gracia, se puede definir como, otorgando el perdón por medio de la gracia. (Efesios 4:2; Colosenses3:13). Pon los dos significados juntos, y podemos ver que el perdón es dejar libre a la persona que siento que me debe algo por sus ofensas. El perdón de la nueva generación consiste en dos partes:
- Dar por quien yo soy. No porque la otra persona lo hace. Damos por gracia, porque es nuestra naturaleza, no por el mérito de quien lo recibe. Definitivamente el regalo es inmerecido: “así como Dios por medio de Jesucristo te perdono.” Podemos imitar a Dios perdonando así como Él nos perdonó. Mi corazón nacido de nuevo quiere perdonar. Es quien yo soy, y debo ser fiel a mí mismo y a mi Dios.
- Libera cualquier reclamo de recompensa. La ofensa surge cuando sentimos que hemos sido despreciados o lastimados de alguna manera. Despierta una necesidad en nosotros de pagar con la misma moneda “ojo por ojo” “¡el agresor debe pagar!” cuando perdono, libero mi reclamo, al hacerlo, yo mismo me libero de la necesidad de querer pagar igual y hacer justicia.
- Síntomas de la falta de perdón. Cuando creemos que hemos sido agredidos o despreciados de alguna manera, nuestras emociones reaccionan. Sentimientos heridos, enojo, temor, nos sentimos heridos. Todo esto es normal. La falta de perdón se manifiesta cuando recordamos estos eventos y nos vuelven estos sentimientos que ya vimos. ¿me siento feliz cuando alguien me agrede? ¿Cuándo recuerdo el incidente, me enojo? ¿si algo bueno le pasa a la persona, yo me siento desilusionado? ¿secretamente le deseo un mal a la persona que me ofendió?, entiendes. Pablo dijo en Efesios 4:31, es tiempo de “deshacerse de toda amargura, rabia, ira, palabras duras y calumnias, así como todo tipo de comportamiento malvado.” Observe que esta lista contiene el comportamiento y los sentimientos. El comportamiento es relativamente fácil de cambiar, al menos la mayoría del tiempo, me puedo morder la lengua, puedo evadir cualquier contacto. Pero cambiar las emociones por medio del comportamiento, es un poco más complicado. Requiere un cambio fundamental en lo que verdaderamente creo y pienso sobre el individuo y el incidente. Pero por la gracia de Dios eso es posible.
- Puedes perdonar por fe. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que debían perdonar siete veces a la misma persona en un día, ellos respondieron “ ! auméntanos la fe!” (Lucas 17:4-5) ellos ya saben que eso era un proyecto de fe. Pero Jesús los tranquilizo diciendo que tenían suficiente fe para hacerlo. ¡gracias a Dios que tú también! Cuando usas tu fe para perdonar, te permites obedecer el mandato de perdonar incluso cuando “no sientes hacerlo” puedes salirte del área de los sentimientos y moverte al área de la fe. Cuando actúas en lo que crees, eventualmente los sentimientos vendrán. Aquí está el camino:
- Reconoce y admite que necesitas perdonar.
- Pídele al Señor que te perdone por tu falta de perdón, después pídele que te ayude a caminar en amor con la persona que te ofendió. Termina diciéndole esto, “Señor, yo perdono en este momento.” Toma nota del día y la hora para tu futura referencia.
- Empieza a ejercer en fe. Empieza a tomar acción que inicie el proceso de cambiar sus pensamientos y emociones con respecto al incidente y la persona. Jesús describió el proceso en el monte:
Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! De esa manera, estarás actuando como un hijo verdadero del Padre que está en los cielos, pues el da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos como a los injustos por igual.
(Mateo 5:44-45 NTRV)
- Bendice a quien te maldice. Dilo en voz alta, hazlo te guste o no. Eso es fe.
- Ora por los que te ofenden, pide por ellos así como pedirías por alguien muy querido para ti. Hazlo te guste o no. Eso es fe.
- Haz algo bueno por la persona que te lastimo, empieza con algo pequeño, una nota, un saludo, hablando bien de la persona, hazlo te guste o no. Eso es fe.
- La combinación de la gracia de Dios y tu obediencia en la palabra y obra, empezaran a reprogramar tu cableado interno. Te hará reflexionar acerca de quien realmente tu eres, el hijo del Padre, permitirá que tu nueva naturaleza suplante las reliquias de la vieja naturaleza, tal vez tome tiempo, pero sucederá.
- Guarda tu corazón. Cuando pensamientos y sentimientos de malicia brinquen en tu conciencia, no lo permitas, di algo en voz alta como, “gracias Dios, perdone a tal y tal el día martes julio 28th. Bendícelo Señor con todas las riquezas de tu gracia.
Aquí está el punto. “mientras estas orando, perdona” es la única condición que Jesús puso cuando hacemos la oración de fe. Él no nos pediría algo que no pudiéramos hacer. El pide disponibilidad, no habilidad. Ese es el problema. Separa al verdadero peregrino espiritual del dominguero aficionado. Encarar y lidiar con estos puntos dolorosos puede ser un desafío emocional, pero hacer libre a alguien de deuda, tú mismo te liberas a ti mismo. Vale la pena.
Siguiente paso: toma nota de tus actitudes. ¿Tienes algo en contra de alguien? Si no, ¡alabado sea el Señor! Y si, si ¿estás dispuesto a tomar acciones necesarias para ser libre? Has una lista de aquellos a quienes necesitas soltar y empieza a trabajar en ellos uno por uno. Encuentra a un amigo de confianza para que ore contigo sobre estas cosas. Revisa los cuatro factores del perdón listados arriba y pídele a Dios que ponga gracia en ti para hacerlo. La sanidad de todo tu cuerpo te pertenece, puedes ser libre.
Pastor Virgil Stokes
Visita nuestra página de Facebook del Instituto de Entrenamiento Ministerio de Fe